el 19 de enero 2002

El arzobispo de Catania, LUIGI BOMMARITO, a lo largo del avent anterior Navidad 2001 ha publicado una carta "a los hermanos y a los s.urs de las Comunidades néocatéchuménales" de la Diócesis para exprimir entre otro "las perplejidades de tipo théologico-pastoral" compartido por muchos cofrades Obispos, ha referido así en el segundo apéndice de la carta.

 

 

ARCHIDIÓCESIS DE CATANIA

Luigi Bommarito

Arzobispo de Catania

A los hermanos y a los s.urs

de las Comunidades néocatéchuménales

de la iglesia que está en Catania

Para informaciones

a los sacerdotes de la archidiócesis

Muy queridos en el Señor,

a lo largo de mi servicio episcopal que se ha extendido durando alrededor de catorce años en la santa Iglesia de Dios quien está en Catania, no he parado nunca de agradecer al Señor para la riqueza, la variedad y la vivacidad pastoral encontradas no sólo en las comunidades parroquiales y en la vida religiosa pero también en las asociaciones, en los movimientos y en las agregaciones eclesiales diferentes de las que nuestra Diócesis catanais es rica.

En sintonía con el S. Padre Jean-Paul II y con el episcopado italiano, considero un gran "don de Dios", un verdadero "aflujo de gracia" las formas diferentes de agregación de fieles, de éstas más antiguas a éstas más recientes quien son signos "de la riqueza y de la variedad de los recursos con que el espíritu del Señor Jesús alimenta el tejido eclesial" (Christifideles laici), 20, en su multiplicidad, tan que han "sido acogidas con gratitud y han sido valorizadas de manera responsable", como subráyalo la nota pastoral del CEI : Les agregaciones laicas en la iglesia, en la introducción.

En verdad en este precioso contexto de gracia, como pastor de todo el rebaño que Dios me ha confiado, cuando me ha sido posible, he estado alegremente presente para alentar, bendecir, estimular y recibir, pero al mismo tiempo - como era y es de mi deber preciso - también para corregir estos aspectos quien, de vez en cuando, en sus expresiones se han manifestado de manera antes "problemática", luego por falta luego por exceso.

Ha sido y es también el caso de las comunidades néocatéchuménales que he acompañado con estima, cariño y. como él sabéis todo - con algunas perplejidades. He tenido la ocasión de discutir con los responsables del "Camino" en y en exterior nuestra Diócesis.

Luego yo confirmarvos que mis perplejidades de tipo théologico-pastorales que transmitiré vos han encontrado por todas partes - a partir de varios de mis cofrades Obispos - una consonancia rematada sea sobre el plano de las ideas como sobre aquella de las experiencias concretas vividas con cierto sufrimiento en el marco de las muchas iglesias locales italianas y no sólo italianas.

Me he preguntado a menudo, y al mismo tiempo oigo las preguntas que vos son dirigidas, si no es oportuno hacer la luz y de dar de las respuestas precisas a de las preguntas de aclaración quien hasta hoy es quedado desdichadamente evasivas, con el riesgo que eso pueda seguir fomentando todavía cada vez más de perplejidades y de intolerancias variadas en medio del pueblo de Dios. Creo oportuno, pues, de enumerar algunos aspectos de vuestro "Camino" que me parece necesita aclaraciones necesarias, pertinentes y urgentes.

Si no lo he hecho en primero - nunca sin embargo he escondido mis perplejidades aunque fueran juntadas a de los sentimientos de admiración - éste es porque he esperado la aprobación del Camino de parte del S. Padre. En consideración del retraso de tal aprobación, vos confío las razones que me han dejado perplejos, desde hace mucho tiempo, es decir cuando, a Monreale, sacerdote he frecuentado los catéchèses del Camino.

1, se observa que en muchas comunidades néocatéchuménales se reconoce de costumbre o quizás " concède " a los Sacerdotes sólo la dimensión litúrgica y funcional del orden sagrado, en el mortificante tan no directamente privándolo de su connaturelle dimensión jurisdiccional quien - como lo sabemos bien - ha partido integrante y constitutiva del orden mismo. A menudo, en efecto, es el catequista quien se apropia indebidamente el poder jurisdiccional propio del sacerdocio ministerial.

Se pregunta: qué consonancia hay con el n. 28 de Lumen Gentium que precisa que "en las comunidades locales únicas los sacerdotes devuelven, para así decir, el obispo presente... santifican y dirigen la parte del rebaño que el Señor les ha confiado."

Un sacerdote quien me es caro, me ha confiado que después más allá de 20 años su papel de sacerdote en el equipo de catequistas no es claro.

2, todo durante el procedimiento catéchétique del "camino" se desarrolla rígidamente y pesadamente la situación de la nulidad del hombre aunque es bautizado y luego la incapacidad de este también cristiano de abrirse - sin la aportación de la comunidad néocatéchuménale - a la gracia redentora del Cristo, como si el acontecimiento histórico de la Resurrección no hubiera resuelto y dado los beneficios de la alianza de todos y cada uno con Dios. En otras palabras: como si la virtud teologal de la esperanza - virtud dato por el espíritu a cada bautizado con el Bautismo - siendo empobrecida y destituida no tuviera más ninguna voz al capítulo. ¿Pero la fe cristiana equipada de la oración y de los Sacramentos no es ya en ella misma portadora de luz, de paz, a la fuerza, de alegría, de victoria sobre el mal? ¿A qué se reduce el cristianismo si viene a carecerle la teología de la esperanza?

3, con muchos obispos de mi conocimiento - de que incluyo de las intervenciones y de los testimonios que hacen muy reflejar - hago observar que el hecho que las comunidades néocatéchuménales siguen todavía celebrando de manera secreta y particular la eucaristía del sábado por la noche y la Velada pascale del Señor, acontecimiento resonante del amor de Dios tendido por su naturaleza a reunir todo el pueblo de Dios en una sola gran familia, provoca confusión, malos humores y molestias pastorales. El pueblo de Dios se divide en dos, como las bloqueas compuestos en clases y categorías diferentes, uno de serie A y 1'autre de serie B, es decir como si eran separados y opuestos, incapaces de reconocerse todo hermano. ¿Tienen de veras culpa aquéllos que piensa que las comunidades néocatéchuménales constituyen una iglesia paralela?

¿No debemos acoger en una única comunidad misma el gusté pobres y más débiles, los menos catéchétiquement listos quién a menudo, sin la voluntad ni el saber, han creído en el exterior del recinto o son quedados quizás "exterior" por nuestra falta nosostros que consideramos más cercanos, más praticantes y observants?

Alguien puede pensar: ¿pero el Sacramento no actúa ya ventajosamente "ex operado operato?" ¿Por qué entonces igualmente dar sólo de importancia a la participación del grupo de más calificados? ¿Quizás que el ex operado operantis, oído también como acción de comunidad de personas seleccionadas, gracias a la modalidad del "camino", y sólo porque difiere otros "caminos", acertados a devolver más digno y effica­ce el Sacramento?

4, sabemos del San Paul; que el espíritu entrega sus carismas a cada bautizado - y por consiguiente también a cada grupo eclesial - para el muy común (cfr). 1 cuerna 12, 7, por ejemplo para el muy común del pueblo entero de Dios presente en cada parroquia. La comunidad néocatéchuménale, como también algunos otros movimientos eclesiales, impon por contra exactamente el recorrido invierto, portándose con objeto de manipular el muy común para garantizar su propio carisma, absolutisant sus elecciones e imponente su método como si fuera invencible, único respecto a todo el otro y, para unos absolutamente, el única salvador.

5, llega por consiguiente a menudo de comprobar que en las parroquias donde están presentes de manera consistente las comunidades néocatéchuménales, la vida en generalidad y las colaboraciones no es siempre fácil con las otras realidades eclesiales activas del lugar.

Con aquéllos que me ha acompañado, a lo largo de la Visita pastoral, en una parroquia, hemos hecho de ello la constatación amarga.

¿No debe pensar que una más gran sintonización con el plano y las orientaciones pastorales del Pastor de la diócesis podría reducir la presunta convicción que su propio método es más perfecto hasta tener la prioridad sobre todo el otro, como si tenía el imprimátur gracia?

6, sabemos del evangelio que el mensaje de Jesús procede dulcemente sobre la vertiente libre y liberando del "Si tú..." (si quieres...) y se pone en evidencia hasta desarrollar claramente y amistosamente sobre el plano del amor la expresión emblemática que es la "parábola del hijo pródigo": un padre quien espera a su hijo perdido, y vas a su encuentro, la enlaza, perdónele para la falta cometida, lo reviste, le pone la sortija al dedo, le hace la fiesta, la excusa delante del hermano mayor quien no piensa como él!...

De vez en cuando el camino néocatéchuménal parece caminar por contra sobre la vertiente intransigente del "debes", sobre el hilo de un "imperativo categórico" de memoria kantiana, con el riesgo muy fácil de caer en una clase de fundamentalismo integrista destinado, como llega desdichadamente, a fomentar de las divisiones y de las separaciones diversas, creando inevitablemente por contra de las pequeñas juderías o de peligrosas "pequeñas iglesias" en el marco de la misma iglesia de Dios nacido para ser una única gran familia del Padre.

7, no querría hablar de los escrutinios quien, a menudo, despojan las conciencias con las preguntas que ningún confesor haría. ¿Pero cómo puede ser permitido eso él a un laico quien es sólo un puro catequista?

No querría hablar tampoco de las confesiones públicas... ¿Pero quién puede autorizar un estilo que la iglesia, en su sabiduría y en su prudencia materna, ha abolido desde los siglos?

8, he leído con atención e interés la carta que (Roma, 5-4-2001, el San Père ha enviado recientemente al Card. Francis Stafford, Presidente del Consejo Pontifical para los laicos: una carta muy significativa y extremadamente importante. El Soberano Pontífice pregunta un juicio definitivo sobre el "Camino néocatéchuménal" proponiendo un discernimiento atento y esmerado de parte de este mismo Consejo Pontifical a la luz de las directivas théologico-pastorales del Magisterio.

En realidad, no habiendo tenido hasta ahora. después de los decenios de presencia de vuestras comunidades en diferentes países del mundo - una verdadera y oficial aprobación del Estatuto a la luz de las reglas emitidas por el S. Sede y del CEI, los juicios sobre la bondad de vuestro "Camino" no son siempre en acuerdo porque de hecho convierten de diócesis en diócesis y de parroquia en parroquia, sobre la base de los comportamientos y de las experiencias locales. Vos es preguntado pues mucha reflexión antes de seguir el camino de manera segura y finalmente. La sumisión al juicio de la iglesia es el billete de presentación el más creíble, válido y decisivo.

Muy caros, como veis - vos lo decía ya al principio - las palabras que vos escribo llaman sencillamente la claridad sobre algunos puntos que quedan todavía en una zona de sombra y quien esperan por consiguiente de los cambios adecuados de práctica pastoral, para el bien de nuestras comunidades parroquiales.

Soy cierto que el amor que vos ata a la escucha de la Palabra, al Eucaristía, al servicio de la caridad y al juicio de la iglesia acertará a modificar lo que es modificable y a corregir lo que es oportuno y urgente de corregir, con miras a vivir serenamente, con todos los fieles de nuestras parroquias, esta unidad y esta comunión que fueron y quien es el gran suspiro de Jesús: "Como tú, Padre, eres en mí y mí en ti, que sean ellos mismos en nosostros" (Jn17,21).

Puedo atestiguar que he visto de todos modos, sin duda - en vuestras comunidades, como en cada uno de vosotros - la presencia vivificante del espíritu de Jesús quien vos ha llevado y quien vos llevo a cumplir de ellas. uvres pastorales dignos de admiración, porque realizáis con los sacrificios de tiempo, de cariños, de dinero y de los gestos de celo misionero mismo fuera de nuestro País. Hace falta reexaminar sin embargo los pasos acabados y volver a ver y comprobar ahora - a la luz del ecclésiologie conciliar, del Catecismo de la iglesia católica, de las orientaciones del plano pastoral del episcopado italiano y del plano pastoral de su propio Pastor - cuánto esperan del carisma que les ha sido confiado por el Señor nuestras comunidades parroquiales y quien esperamos será reconocido temprano el más posible del espíritu por la aprobación del Estatuto desde hace años presentado al S. Sede.

Que el Señor Jesús y el Virgen Santa bendicen y asisten vuestro Camino para que sea alumbrado por la escritura santa meditada por vosotros y para que vivierais en estrecha comunión con el obispo, con los cuidados y con todas las realidades eclesiales que el San Esprit suscita para el camino de santidad de todo el pueblo de Dios.

Con una amplia y cordial bendición también para el Adviento y para la Navidad de nuestro Señor Jesús.

2001 vuestro Adviento + Luigi, arciv.

 

 

APÉNDICE 1

 

DIFERENTES INTERVENCIONES SOBRE LAS COMUNIDADES NÉOCATÉCHUMÉNALES

Carta del Santo Padre al presidente del Consejo Pontifical Consejo los laicos

 

 

CARTA DEL SANTO PADRE AL PRESIDENTE DEL CONSEJO PONTIFICAL PARA LOS LAICOS

 

A mi Venerado Hermano James Francis Card. STAFFORD

Presidente del Consejo pontifical para los Laicos

1. Cuatro años han pasado en adelante desde el memorable 24 de enero de 1997, fecha a la que tuve la ocasión de encontrar a los Iniciadores del Camino néo-catéchuménal y, con ellos, los numerosos responsables de las comunidades del Camino presentan en el mundo. En esta circunstancia, uniéndome a su oración de alabanza y de acción de gracias al Señor para los frutos preciosos producidos por el Camino en treinta años de vida, no carecí de subrayar la importancia de ciertos pasos ineluctables, de la que descuelga la existencia misma del Camino. Entre éstas, la redacción de una regla de los estatutos precisa en vista de su reconocimiento jurídico formal, cf. El Osservatore Romano, el 25 de enero de 1997, p. 4. Así es como se abría una fase nueva decisiva para el porvenir de esta realidad eclesial.

 

2. En la exhortación apostólico Christifideles laici (el 30 de diciembre de 1988) llamé ya que "ningún carisma dispensa de la referencia y de la sumisión a los Pastores de la iglesia" (n). 24, y volvía a enviar a lo que es escrito a este propósito en la Constitución dogmático Lumen gentium: "Es a aquéllos que tiene el cargo de la iglesia de emitir un juicio acerca de la autenticidad de estos dones y sobre su empleo bueno oído. Son a ellos que conviene especialmente, no de apagar el espíritu, pero de probar todo para retener lo que es bueno, cf. 1 Th 5, 12. 19-21"), n. 12. En efecto, es a esta condición que los carismas, en su diversidad y complementaridad, pueden cooperar al muy comúnes, cf. Christifideles laici, n. 24.

Este no es pues un desarrollo fácil que reconocer y de acoger los carismas. Eso pregunta un discernimiento profundo de la voluntad de Dios y debe ser acompañado por una oración constante, para que los c.urs se abran dócilmente a la voz del espíritu en la comunión eclesial. La cumbre de este desarrollo es el acto oficial del reconocimiento y de la aprobación de los estatutos como una regla de vida clara y segura, un momento que las realidades eclesiales concernidas viven siempre con una gran alegría y una viva gratitud con respecto a Dios y con respecto a la iglesia. Nuevo punza de salida, constituye un signo visible de una identidad eclesial madura en efecto, cf. Christifideles laici, n. 30.

 

3. Sé con cuánto celo y de solicitud pastoral el Consejo pontifical para los Laicos se han prodigado y se prodiga para acompañar el camino néo-catéchuménal en esta etapa determinante por su propia vida, la elaboración de los estatutos. El Cardenal, he entregado esta tarea delicada a este Consejo pontifical para los Laicos, con motivo de la autoridad que le regresa, sobre la base de las normas canónicas vigentes, lo mismo que con motivo de la experiencia singular que posee en la materia. Es precisamente sobre este hecho que se base la esperanza de un feliz nacido del procedimiento, que se acerca en adelante a su término.

Cuando exprimo al Consejo pontifical para los Laicos mi viva satisfacción y mi reconocimiento para la seriedad y el rigor demostrado en el cumplimiento de la tarea que le ha sido confiada, confirmo su competencia en la aprobación de los estatutos susodichos, en cuanto serán redactados como se debe, y lo cargo de seguir acompañando el Camino, igualmente al porvenir. Soy cierto que, en el cumplimiento de este mandato, el Consejo pontifical para los Laicos podrá contar con la colaboración y sobre el espíritu de docilidad filial del Camino néo-catéchuménal. Confiando al Señor, por la intercesión de Marie Mère de la iglesia, la actividad del dicastère que presidís, vos doy de todo c.ur, Venerado hermano, lo mismo que a vuestros colaboradores y colaboradoras, mi cariñosa Bendición.

Del Vaticano, el 5 de abril 2001,

 

 

 

Indicación

del Santo Padre Jean Paul II a los néocatéchumènes

(El osservatore Romano, 11-2-1983, pp. 1-2; nn. 1.5.

"Que vuestro itinerario de fe y vuestro apostolado sea insertado siempre en la parroquia y en la Diócesis." . Seguís los métodos, las indicaciones, los itinerarios, los textos ofrecidos por los Episcopados, lo mismo que la manera de ejercer el ministerio de los catéchèses en la comunión y en la disciplina eclesial...

"No os cerréis sobre vosotros mismos, aislándovos de la vida de la Comunidad parroquial o diocesana... El derecho de la iglesia es un medio, un socorro y también una defensa para mantenerse en comunión con el Señor. Por consiguiente las reglas jurídicas, lo mismo que litúrgicas deben ser observadas sin descuidos y sin omisiones."

APÉNDICE I

Pone a punto de algunos Obispos entre tanto otro, que reparto con ellos.

 

De la Nota Pastoral de la Conferencia Episcopal de Umbría sobre las comunidades néocatéchuménales en Umbría

(Sentada, 2-3-1986.

"Los Obispos se sienten el deber de emitir sin embargo de las reservas a propósito del papel de los catequistas quien, por lo menos en alguna comunidad dejan poco de lugar al sacerdote para el ejercicio concreto de su responsabilidad de pastor. Especialmente en los escrutinios el catequista debe abstenerse de cargarse con una responsabilidad de pastor.

En particular en los escrutinios el catequista debe abstenerse de asumir una posición quien parezco acercarse peligrosamente de aquella del confesor de vez en cuando. Consumiréis de todos los cuidados para que los pecados ocultos no sean manifestados, si no en el secreto de la confesión sacramental."

"El riesgo a evitar es que la pequeña comunidad néocatéchuménale haga un camino paralelo al de la vasta comunidad parroquial y diocesana, en no incluyéndose orgánicamente en la pastoral ordinario.

Es verdadero que, en la fase adelantada de su camino, algunos néocatéchmènes asumen en parroquia el servicio de los catéchèses, de la animación litúrgica y de las caridades y hacen parte del Consejo pastoral; pero es también verdadero que cierto cierre, propio centro de mesa a las jóvenes comunidades, es sentida por los otros fieles y a menudo mismos de los sacerdotes como una división, lo que no es sin crear algunas dificultades."

"Tenido consideración a la Misa de fiesta, muchas veces recientemente los documentos del Magisterio, cf. Eucharisticum Mysterium nn. 26-27; eucaristía, Comunión y Comunidad, nn. 71 y 81; el Día del Señor n. 10, han insistido en una directiva pastoral precisa: eliminar los fraccionamientos del pueblo de Dios más posible durante el día del Señor.

Los grupos eclesiales particulares deben tener sus calebración durante los días de semana para luego de converger todo conjunto hacia la asamblea parroquial el domingo, con miras a manifestar concretamente la unidad de la comunidad cristiana y de animar la liturgia común para la edificación de todo el pueblo.

A esta línea pastoral deberán adaptarse las comunidades néocatéchuménales de Umbría también. La Misa de fiesta, que les es reservada, les será permitida sólo en los convivences mensuales y anuales, como en las jubilaciones tradicionales y ejercicios espirituales."

 

De un Decreto episcopal de Mons. Mervyn Alexander

Obispo de Clifton (15-3-1994)

"Sin embargo, he recibido de las cartas de otros feligreses quienes me revelan que el Néocatéchuménat ha conducido a de las divisiones en la Parroquia. Deseo mucho naturalmente que haya, en sea tanto como eso humanamente posible, en el interior de la familia de la parroquia armonía y colaboración."

"Ésta es la primogénita de la familia, con la que debemos procurar de cultivar buenos de las buenas relaciones. Pregunto pues a las Comunidades del Néocatéchuménat de no empezar del nuevo catéchèses, de no celebrar su propia Misa de Vela del sábado por la noche, ni su propia ceremonia de Vela Pascale, para un período de doce meses."

"La unidad de la parroquia pregunta que sea hecho todo de manera común y que acepta todo. Con otras palabras los programas catéchétiques, la implicación de los jóvenes, los grupos parroquiales y los comités no deberían ser más exclusivamente néocatéchuménales y deberían ser representativos de la entera Parroquia."

 

De la carta pastoral del Card. Sylvano Piovanelli,

Arzobispo de Florencia, 25-3-1995,

En la Diócesis de Florencia, a causa de la presencia consistente de las comunidades néocatéchuménales no faltan, sin embargo, una rigidez y un cierre, de las incomprensiones y sospechas quien han dividido la comunidad parroquial de vez en cuando o han engendrado en cierto modo muchas tensiones agudas."

"A los hermanos del camino néocatéchuménal son preguntados un gran c.ur, que sabe darse una actitud de humildad adelantando la tentación de creer se mejor que los otros."

"El sacerdote cuidado no puede elegir un método único de evangelización, pero debe examinar todo y retener lo que es bueno (1 Tés). 5,21.

Evitará así el riesgo de imponer a todos, de hecho, una manera o un método determinado para seguir la calle del evangelio.

No es concebible en efecto, de todo poder llegar sólo por el camino néocatéchuménal. Y eso, no a causa de un cierre deliberado al espíritu, pero por el hecho de sensibilidad diferente y de historias diferentes de gentes en el interior de la única comunidad cristiana.

Tal consideración vale no sólo para el camino néocatéchuménal, pero para todo otro método o espiritualidad. Tan que se puede afirmar tranquilamente que en el interior de una comunidad parroquial puede tener de las formas y de las experiencias de vida cristiana múltiple, pero ninguna no puede ser propuesta como absoluta o exclusiva.

No puede tener sólo una parroquia néocatéchuménal, como no puede tener sólo una parroquia carismático, o sólo "cursilliste", o sólo focolari o sólo carmelita franciscana etc.

"Una comunidad más profunda entre los sacerdotes del presbiterio y un contacto más verdadero y sin prevenciones entre la parroquia y la comunidad néocatéchuménale atenuarán el riesgo que los néocatéchumènes consideran su experiencia como la calle única para construir la parroquia y vivificar a la iglesia y los otros fieles quienes miran el camino como a una Iglesia diferente."

 

De un documentos del Card. Salvatore Pappalardo,

ya Arzobispo de Palermo, el 22-2-1996,

"En los calebración litúrgicos la Palabra. como llega de modo loable - es puesta al centro de la asamblea, aunque el lugar sea diferente del cual las admoniciones son situadas, las introducciones, la animación de los cantos.

Las admoniciones, luego, no deben apartarse en número y en largo. Las homilías no deben referirse a la Palabra despojada, pero deben tener en cuenta el magisterio viviente de la iglesia, de los ahondamientos teológicos, del sentido de la fe del pueblo cristiano, enfrentando también el problemático los más actuales de la historia y de la sociedad en la que vivimos."

"El camino no es la iglesia a él solo,; pues que no se despega de las liturgias eucarísticas comúnes, que él participios a los más importantes calebración diocesanos presididos por el obispo, y que mantenga de las relaciones cordiales con el resto del pueblo de Dios presente en la parroquia o en el lugar donde opera. Que las misas de las comunidades néocatéchuménales no sean celebradas el domingo o en los días de fiesta, pero sólo a los días laborables, y que no sean cerradas nunca a los otros fieles."

"Que el sacerdote, sobre todo si es limpiado no se deja absorber totalmente por el Camino o de otras agregaciones, especialmente en los días de fiesta, y que esté presente en parroquia, comprometido en la conducta de la entera pastoral y al servicio de toda la comunidad.

Que manifiéstate, en cada caso, con claridad, el papel y la responsabilidad sacramental y ministerial del sacerdote - sobre todo si es limpiado. que sea respetado por los "catequistas", que sean reconocidos en sus responsabilidades y su papel formatif en los cuidados a los otros hermanos laicos y a las comunidades."

 

 

De la Nota Pastoral de la Conferencia Episcopal de Pugliese al Sacerdote de los Pouilles sobre el "Camino néocacéchuménal"

"Se hace observar que desdichadamente "las líneas del Camino" y los materiales utilizados proceden por calles autónomas, sin referencia a los planos pastorales del CEI y de las Diócesis. Se observa cierta dificultad a armonizarlas con otras experiencias eclesiales y formas asociativas."

A propósito de la "Velada pascale" :

"Uno de los puntos de fricción más frecuente es el calebración de la Velada pascale. Los afiliados al "Camino" desde el comienzo han elaborado una forma célébrative particular más amplio, enriquecida de otros elementos, alargada durante la noche entera y este hasta ella el alba, y declaran que constituye para ellos un momento fundamental, prácticamente insustituible. Esta exigencia no debe entrar sin embargo no en conflicto con el otro menos importante de no fraccionar la comunidad cristiana agrupas separados, en eucaristías "paralelas", particularmente al momento culminante de todo el año litúrgico, en el calebración de este misterio de la salvación que hace de nosostros la iglesia introduciéndonos en la comunión con Dios y con los hermanos."

La Congregación del Culto divino, en la carta Paschalis solemnitatis del 16.1.1988 se expresa así: "Favoreceréis la participación de los grupos especiales al calebración de la velada pascale en la que todos los fieles, reunidos juntos, experimentan de manera más profunda el sentido de pertenencia al mismo

comunidad eclesial."

"Los afiliados al "Camino néocatéchuménal", como toda otra comunidad o movimiento deben valorizar el Catecismo de la iglesia católica, el Documento de base de renovación del catecismo y los diferentes volúmenes del Catecismo para la vida cristiana del CEI. Deben estudiar y deben seguir los programas de la iglesia que es en Italia y las líneas del pastoral diocesana."

"Los laicos responsables, centro de mesa con motivo de los "escrutinios" para los diferentes pasos debe abstenerse de entrar en los campos más íntimos de la conciencia, evitando todo lo que puede dar la idea de un procedimiento inquisitorial,; que reciben el discernimiento sobre las actitudes, no sobre las elecciones específicas: los fines espirituales atrayentes se limitan sencillamente a proponer. Los sacerdotes, también en esta materia delicada, como en cada otra ocasión conservarán sus responsabilidades pastorales, sin dejarse reducir a un papel sencillamente funcional de ministros de la eucaristía y de los Sacramentos."

De la carta del obispo de Vicenza

Mons. Piero Nonis, enviado el 18-12-1996

"En el mismo tiempo hemos llamado también que la Carta pontifical citada ha acompañado por una nota que precisa cómo el Papa no tiene la intención de imponer una elección, pero deja "al juicio de los mismos Ordinarios de actuar según las exigencias pastorales de cada diócesis." Es por eso que ha querido repartir con vosotros mi deber de ayudar el Camino Néocatécuménal a acordarse con la situación específica de la diócesis de vicentina, centro de mesa caracterizado por el aspecto central de la parroquia, que es difícil hoydía, pero todavía viviente y decisiva para nuestra pastoral."

"Es en primer lugar necesario que el proyecto del camino y su conducta concreta se cumpliera en el contexto del plano pastoral orgánico que la parroquia elabora con las elecciones y de las comprobaciones periódicas, en realización del plano pastoral diocesano y a partir de la responsabilidad propia del Consejo pastoral parroquial, cf. Sínodo Diocesano, nn. 21 y 27. En tal contexto el Camino será propuesto eficazmente y será realizado como una de las posibilidades ofrecidas al crecimiento cristiano de las gentes, y recibirá el mismo empeño de cada otro itinerario de fe comunitaria."

"En cada caso la elección de proponer en parroquia la anuncia kérygmatique en vista de los caminos o de otras formas de "misión" vos ato a él; de otra manera de fundar el Camino o de las nuevas comunidades néocatéchuménales otro que éstas ya existentes, deberán ser de adelanto sometido por el Cuidado a la aprobación del obispo, presentando también la opinión motivada del Consejo pastoral parroquial. Vista las dificultades que vosotros mismos señaláis no creo oportuna - hasta un más discernimiento maduro - la experiencia de un "anuncio misionero" propuesto por los miembros del camino a las familias de la parroquia."

"Unos posiciones diferentes han emergido en cambio a propósito de la incompatibilidad - muchas veces afirmadas por mí, y reconocida por otros Obispos italianos - entre las misas del domingo para la comunidad y grupos especiales y el significado esencial, y no formal-ritual, del Día del Señor, domingos y fiesta, día cuando comunidad es convocada a celebrar juntos la Pascua del Señor, cf. Sin. Dico. , nn. 44, 48, 52,; mi Carta En el Día del Señor, 1995, n.8,2)."

"Otra parte está bien de llamar que también la Notificación citada en la carta del Papa a mons. Cuerdas vuelven a enviar a dos documentos influyentes del S. Congregación de los Ritos que presenta de las indicaciones claras en el sentido que he afirmado. La primera es la instrucción Eucaristicum mysterium (25.5.1967) que afirma el aspecto central y comunitario de la misa del domingo, cf. nn. 6-7, 16-18, y quien afirmo a propósito de las misas para grupos especiales: "que las celebran de preferencia, cuando es posible durante los días laborables. Que, si no pueden ser desplazadas a lo largo de la semana, que cuiden de conservar la unidad de la comunidad parroquial insertando los grupos en los calebración parroquiales" (n). 27. El segundo es la instrucción "Actio pastoralis" (15.5.1969) sobre el tema de las misas para grupos especiales en que son confirmados los principios del documento anterior, cf. n. 5, y se precisa que la facultad de celebrar de fuera del lugar sagrado no se entiende normalmente en los domingos y en las fiestas reliegieuses, cf. n. 10/a."

 

De una Nota de la Conferencia Episcopal de la Basilicata y firmada del Presidente Mons. Ennio Appignanesi (1-3-1998).

1. Que los calebración del triduum pascal se extienden también en las comunidades néocatéchuménales, según todo lo que es prescrito en el Misal romano, con toda la comunidad parroquial, en los horarios más aptos para favorecerla la participación de todos los fieles, evitando de las multiplicaciones inoportunas de calebración quien, en el tal caso, de ello atenuarían el sentido - valor de la acción litúrgica que es siempre calebración de la iglesia que se revela en cada asamblea. Como los Obispos Italiens lo llaman en la Nota pastoral "El día del Señor" (1983) "el grupo o el movimiento no pertenece a él solo, toda la asamblea..., así hacen parte de la iglesia. Para todo vale la recomendación de la iglesia antigua de no disminuir la iglesia y de no amputar de un miembro el Cuerpo de Cristo con su propio descuido, Didascalie de los Apóstolo, 27. Y el cuerpo del Señor no es empobrecido sólo por éste que no va más del todo a la asamblea, pero también por aquéllos quien, teniendo que horror, la cuenta municipio, aspiran a sentarse a la una tavola privilegiada y más rica" (n). 10.

"Aunque eso concierna la Velada pascale los Obispos desean que una sola Velada pascale sea celebrada en cada parroquia, durante la noche a la que las comunidades néocatéchuménales participan, también que ellas: sean estimuladas a no preparar otro calebración después del desarrollo de la liturgia de la gran Velada, sólo esperando el alba, porque eso acabaría por disminuir el valor sacramental y pedagógico de esta Velada, como es propuesta en el Misal.

 

 

 

 

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